AM - 009 - Liderazgo de menores
AM | LIDERAZGO DE MENORES |
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009 | Nivel: 3 | Año: 1945 | Asociación General |
Prerrequisitos: Ser líder de Conquistadores investido o estar cursando la clase de líder o clases agrupadas. Tener, 16 años cumplidos, como mínimo.
1. Involucrarse directamente en uno de los siguientes departamentos de la Iglesia por un año, como mínimo, en un cargo de liderazgo o de asociado:
- Ministerio Joven (Jóvenes, Música, equipos de sonido, participación en uno de los conjuntos musicales de la Iglesia o como líder/asociado del Ministerio de Alabanza de la Iglesia).
- Ministerio del Niño o del Adolescente (coordinador o profesor de los maestros de las Clases de la Escuela Sabática).
- Club de Conquistadores (secretaría, tesorería, instructor o capellán).
- Secretaría de algún otro departamento de la Iglesia (Ministerio Personal, Ministerio de la Mujer, Asistencia Social).
- Liderar o ser asociado de los ministerios: Coordinación de Interesados, Recepción u Oración Intercesora.
Hacer un informe de la actividad y tener una carta de recomendación del director del departamento en el que actuó (o de la Junta de la Iglesia, en caso de haber sido el director).
2. Leer un libro sobre desarrollo de los adolescentes y otro sobre liderazgo.
Presentar un resumen crítico de los libros y la bibliografía completa.
EL HOGAR CRISTIANO de Elena G. de White
Este libro es un manual para padres y líderes sobre cómo construir hogares donde los adolescentes puedan crecer en un ambiente saludable, moral y espiritualmente seguro. White enfoca su mensaje en la importancia de que los padres asuman la responsabilidad de crear un ambiente donde reine el amor, el respeto y la devoción a Dios. Para White, el hogar es la primera escuela de la vida, y es en esta “escuela” donde los jóvenes deben aprender los principios morales y espirituales que guiarán sus decisiones futuras.
Uno de los aspectos fundamentales que White destaca es la importancia de la formación del carácter. Según ella, el carácter no es algo que se obtiene por casualidad, sino que debe formarse mediante la educación y la disciplina constante. A través de la Biblia y los valores cristianos, White sugiere que los padres deben enseñar a los adolescentes a ser responsables, honestos y compasivos, rasgos que los prepararán para enfrentar los desafíos de la vida con integridad. En esta línea, White destaca que los padres deben ser modelos de conducta para sus hijos, reflejando en su vida diaria los valores que desean inculcarles, pues los adolescentes suelen aprender más de los ejemplos que observan en casa que de las palabras que escuchan.
White también dedica un apartado importante a la disciplina y su rol en el desarrollo adolescente. Sin embargo, recuerda que la disciplina debe ser ejercida con amor y no con dureza o violencia. White advierte que una disciplina severa y rígida puede llevar a que los jóvenes se rebelen y se distancien de sus padres, mientras que una disciplina equilibrada, que combina la corrección con el afecto y la comprensión, fomentará el respeto y la obediencia en los adolescentes. Este enfoque permite que los jóvenes perciban la disciplina como una muestra de amor y cuidado, en lugar de una imposición arbitraria.
La educación espiritual es otro tema clave en "El Hogar Cristiano" . White enfatiza la importancia de inculcar en los adolescentes una fe personal en Dios y un sentido de responsabilidad moral. Recomienda que los padres enseñen a sus hijos a orar, a leer la Biblia ya desarrollar una relación personal con Dios desde una edad temprana, para que en la adolescencia estos hábitos espirituales estén firmemente arraigados en sus vidas. White sugiere que los padres deben hacer de la vida espiritual una experiencia atractiva y significativa, para que los jóvenes la valoren y no la perciban como una obligación impuesta. Según ella, un adolescente con una fe sólida y personal en Dios tendrá una base firme para resistir las influencias negativas de la sociedad y tomará decisiones que reflejen sus principios cristianos.
En cuanto a la influencia social y las amistades, White señala que los adolescentes suelen ser vulnerables a la presión de grupo ya las influencias externas. Ella insta a los padres a estar atentos a las amistades de sus hijos ya fomentar que se rodeen de personas con valores positivos. Aunque White reconoce que es natural que los adolescentes busquen la aprobación y aceptación de sus amigos, aconseja a los padres que guíen a sus hijos para que elijan amistades que los edifiquen y los ayuden a fortalecer su fe. Este punto es especialmente relevante en un contexto donde los valores del mundo suelen ir en contra de los principios cristianos, y White insiste en la importancia de rodear a los adolescentes de un círculo de amistades que refuercen su crecimiento moral y espiritual.
El papel del trabajo y la responsabilidad también es esencial en la obra de White. Ella cree que el trabajo no solo ayuda a los adolescentes a desarrollar habilidades útiles, sino que también fortalece su carácter y los prepara para la vida adulta. White anima a los padres a enseñar a sus hijos a ser responsables en sus tareas, ya sea en el hogar o en la escuela, ya evitar la ociosidad, la cual puede llevar a hábitos perjudiciales. Según ella, cuando los jóvenes aprenden a realizar tareas con diligencia y compromiso, desarrolla un sentido de propósito y aprenden el valor del esfuerzo.
Finalmente, White aborda el tema de la preparación para la vida adulta y el matrimonio. Ella explica que los adolescentes deben ser educados en los principios del amor y el respeto mutuo, los cuales serán esenciales en sus futuras relaciones. White subraya que la adolescencia es un período crucial para aprender a controlar los impulsos y desarrollar relaciones basadas en el respeto y la comprensión. Aunque reconoce la importancia de la educación académica, recuerda que la formación del carácter y los valores espirituales es el aspecto más importante de la preparación de un adolescente para la vida.

EL LIDER Y EL LIDERAZGO de Cindy tutsch
es un libro que explora el concepto de liderazgo cristiano, especialmente en el contexto juvenil, y brinda una guía detallada para aquellos que desean influir positivamente en sus comunidades y en el mundo. Tutsch, quien ha trabajado en liderazgo juvenil dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ofrece en esta obra reflexiones prácticas y espirituales sobre cómo ser un líder efectivo que refleja los principios y el carácter de Jesús.
El libro comienza abordando el concepto de liderazgo y cómo este debe diferenciarse de los modelos de liderazgo tradicionales del mundo secular. Tutsch explica que, en el contexto cristiano, el liderazgo no se trata solo de alcanzar objetivos o de gestionar personas, sino de servir y reflejar el amor de Dios en cada aspecto de la vida. Desde esta perspectiva, el verdadero liderazgo cristiano no se basa en el poder o la autoridad, sino en la humildad y la disposición de ser el último cuando otros buscan ser los primeros. Esta filosofía está enraizada en el ejemplo de Jesús, quien, siendo el líder supremo, vivió una vida de servicio y sacrificio. Tutsch subraya que el liderazgo cristiano requiere una disposición a poner las necesidades de los demás por encima de las propias y buscar constantemente la voluntad de Dios.
Uno de los puntos clave que desarrolla Tutsch es la importancia del carácter en el liderazgo. A lo largo del libro, ella enfatiza que el éxito de un líder cristiano no depende tanto de sus habilidades o talentos, sino de su carácter, especialmente de la sinceridad, la integridad, la humildad y la empatía. Estos valores permiten que el líder gane la confianza de su comunidad y sirva como un ejemplo a seguir. Tutsch describe la integridad como un aspecto fundamental, ya que un líder debe ser coherente entre lo que dice y lo que hace. La autora explica que los jóvenes a menudo miran con escepticismo las figuras de autoridad que dicen una cosa y hacen otra, por lo que un líder debe ser auténtico en sus palabras y acciones. Asimismo, señala que la humildad permite al líder reconocer sus errores y buscar la dirección de Dios, lo cual es crucial en el proceso de crecimiento personal y espiritual.
Otro tema importante que se desarrolla en el libro es la necesidad de la conexión con Dios. Para Tutsch, un líder cristiano debe ser alguien que dependa totalmente de Dios, reconociendo que la verdadera sabiduría y fortaleza provienen de Él. La autora destaca la importancia de mantener una vida de oración constante y una lectura diligente de la Biblia. Según Tutsch, estas prácticas no solo permiten al líder mantenerse firme en su fe, sino que también le brindan una guía y dirección claras en momentos de toma de decisiones. La oración y el estudio bíblico se presentan no solo como prácticas espirituales, sino como herramientas fundamentales para enfrentar las dificultades que surgen en el camino del liderazgo. Además, enfatice que, al conectarse con Dios, el líder puede recibir el discernimiento necesario para comprender y satisfacer las necesidades de su comunidad.
La autora también profundiza en la importancia del servicio dentro del liderazgo cristiano. Inspirada en las enseñanzas y el ejemplo de Jesús, Tutsch explica que el líder no debe buscar su propio beneficio o reconocimiento, sino el bien de los demás. El servicio se describe como un acto de amor y entrega, que debe realizarse sin esperar nada a cambio. Tutsch menciona que un líder que sirve de corazón inspira a otros a hacer lo mismo, creando una cultura de servicio y apoyo en la comunidad. De hecho, ella plantea que uno de los mayores logros de un líder cristiano es inspirar a otros a convertirse también en líderes y servidores, promoviendo un ciclo positivo de influencia.
En cuanto a la formación de otros líderes, Tutsch destaca que uno de los deberes de un líder cristiano es mentorear y guiar a las nuevas generaciones. Ella enfatiza que el liderazgo no debe ser visto como una meta personal, sino como una responsabilidad que implica capacitar a otros para continuar la obra. La autora sugiere que los líderes deben invertir tiempo y esfuerzo en acompañar a los jóvenes, enseñándoles no solo habilidades prácticas, sino también valores y principios cristianos que les permitirán crecer en su relación con Dios y con los demás. Según Tutsch, este proceso de mentoreo es clave para la continuidad y expansión de una comunidad cristiana saludable y fuerte.
Además, Tutsch aborda el desafío de enfrentar la adversidad como líder. Explica que un líder cristiano no está exento de dificultades y críticas, y que, de hecho, es común que los líderes se enfrenten a oposición, tanto externa como interna. La autora recalca que estos desafíos pueden ser una oportunidad para el crecimiento, y que, si el líder se mantiene fiel a Dios ya sus principios, estas pruebas lo fortalecerán y lo ayudarán a desarrollar una fe más firme. Tutsch motiva a los líderes a confiar en Dios durante los tiempos difíciles ya ver la adversidad como una oportunidad para depender más profundamente de Él.
En su conclusión, Cindy Tutsch reitera que el liderazgo cristiano es un llamado divino que debe ser respondido con humildad, servicio y amor. La obra es una invitación para que cada joven y líder cristiano vea su influencia como una oportunidad para honrar a Dios y reflejar el carácter de Cristo en todo lo que hace. Tutsch enfatiza que el liderazgo no es un lugar de prestigio, sino una plataforma para hacer el bien, para inspirar y para dejar una huella de fe en aquellos a quienes se lidera. En última instancia, el liderazgo cristiano, tal como lo presenta Tutsch, es una vocación que busca exaltar a Dios y no a la persona, y cuyo propósito final es guiar a otros hacia una relación más profunda con Él.

3. Preparar un grupo de Conquistadores para la investidura durante el año en curso, actuando como instructor o instructor asociado de una de las Clases Regulares y de este grupo por lo menos un conquistador debe ser investido. Ayudar en la planificación y ejecución de la ceremonia de investidura.
- Establece un calendario con los requisitos y actividades de la Clase Regular, y evalúa regularmente el progreso de cada Conquistador.
- Realiza sesiones que aborden los aspectos físicos, mentales y espirituales, como campamentos, devocionales y dinámicas de equipo para cumplir los requisitos.
- Asegúrate de que cada participante complete sus requisitos. Selecciona al menos un Conquistador que esté listo para ser investido.
- Elige la fecha y el lugar, diseña el programa y ensaya con los participantes para que estén preparados.
- Proporciona apoyo emocional y espiritual durante el año, y en la ceremonia, reconoce el esfuerzo del grupo y entrega las insignias junto a los familiares.
4. En discusión con el líder, con el grupo de liderazgo o estudio para las tarjetas de liderazgo, presentar por lo menos diez cualidades de un buen líder de intermediarios.
- Ser empatico y comprender las emociones y desafíos que enfrentan los adolescentes, creando un ambiente en el que se sientan valorados y comprendidos.
- Ser paciente, los adolescentes pueden tener preguntas complejas y diversas opiniones. La paciencia ayuda a abordar cada inquietud sin juicios y con respeto.
- Tener un conocimiento profundo y comprensivo de la Biblia para responder con claridad y ayudar a los adolescentes a aplicar las enseñanzas en sus vidas.
- Adaptarse a diferentes situaciones y ser abierto a ajustar las lecciones en función del interés y las necesidades del grupo.
- Ser un ejmplo a seguir, vivir de acuerdo con los principios cristianos, siendo un modelo de fe, integridad y amor, lo cual inspira a los adolescentes a seguir el camino de Dios.
- Usar métodos creativos, como juegos, dramatizaciones y discusiones, para hacer que las lecciones sean atractivas y memorables.
- Practicar la escucha activa y prestar atención a las preocupaciones y opiniones de los adolescentes, validando sus experiencias y construyendo un ambiente de confianza.
- Explicar conceptos bíblicos de manera sencilla y directa, adaptando el lenguaje para que los adolescentes puedan entender y conectar con el mensaje.
- Establecer límites claros con amabilidad, manteniendo el respeto y el orden en la clase sin ser autoritario.
- Mostrar un interés genuino por la enseñanza y la Biblia, inspirando a los adolescentes a involucrarse y fortalecer su relación con Dios.
5. Presentar un informe descriptivo que resalte las diferencias entre los intermediarios (10-12 años) y los adolescentes (13-15 años) en las áreas física, emocional y mental. Presentar en un Culto Joven o Reunión de Padres las consideraciones sobre la investigación realizada.
Área | Intermediarios (10-12 años) | Adolescentes (13-15 años) |
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Física |
- Crecimiento moderado, comienzo de la pubertad. - Cambios iniciales como desarrollo muscular y óseo. - Mayor energía y desarrollo de habilidades motoras finas. |
- Cambios de pubertad más evidentes: aumento de estatura y desarrollo físico. - Incremento de fuerza y resistencia física. - Posible incomodidad con los cambios físicos (acné, cambio de voz, etc.). |
Emocional |
- Empiezan a formar una identidad propia pero con gran influencia familiar. - Buscan aprobación de los padres y figuras de autoridad. - Cambios de humor moderados; mayor necesidad de pertenencia. |
- Mayor búsqueda de independencia y diferenciación de los padres. - Cambios de humor frecuentes debido a cambios hormonales. - Mayor influencia del grupo de pares; posible conflicto de identidad. |
Mental |
- Desarrollo en la capacidad de razonamiento lógico. - Empiezan a pensar en conceptos abstractos y tienen curiosidad intelectual. - Se enfocan en metas inmediatas y necesitan apoyo para el pensamiento crítico. |
- Capacidad para pensamiento más complejo y abstracto. - Interés en temas existenciales y en la construcción de opiniones propias. - Toman decisiones más influenciadas por sus emociones y buscan autonomía. |
6. Conocer los principios necesarios para impartir a los adolescentes una disciplina adecuada.
Aprender las siguientes áreas de disciplina:
- Disciplina interna: se basa en la autodisciplina y la motivación interna para lograr metas a largo plazo.
- Disciplina externa: Se refiere al control o la influencia que proviene de factores externos, como reglas, normas, autoridad o consecuencias impuestas por otras personas (padres, maestros, instituciones).
- Diez maneras de evitar la necesidad de aplicar una disciplina externa
- Definir expectativas y normas claras para que los adolescentes entiendan los límites y sus responsabilidades.
- Aplicar las reglas y consecuencias de manera uniforme para que las expectativas sean predecibles y justas.
- Tratar a los adolescentes con respeto, escuchando sus opiniones y permitiéndoles expresar sus pensamientos sin juicio.
- Enfocarse en reconocer y reforzar el buen comportamiento, en lugar de solo castigar los errores.
- Comprender los cambios emocionales y físicos que atraviesan los adolescentes, ajustando la disciplina para responder a sus necesidades.
- Mantener la autoridad de manera amable, con disposición a dialogar y ajustar las reglas cuando sea razonable.
- Ayudar a los adolescentes a desarrollar autocontrol y responsabilidad, guiándolos para tomar buenas decisiones por sí mismos.
- Ser un ejemplo de la conducta y los valores que se quieren inculcar, ya que los adolescentes aprenden mucho a través de la observación
- Cinco tipos de procedimientos de disciplina
- Reforzamiento positivo: Consiste en premiar o reconocer los comportamientos deseados para fomentar que se repitan. Esto puede incluir elogios, recompensas o privilegios adicionales.
- Tiempo fuera: Separar a la persona de la situación en la que está teniendo un comportamiento inapropiado, dándole tiempo para calmarse y reflexionar sobre sus acciones.
- Consecuencias naturales: Permitir que los adolescentes enfrenten las consecuencias de sus propias acciones, como una mala calificación si no estudian.
- Disciplina restaurativa: Enfocada en la reparación de los daños causados por el comportamiento inapropiado, ayudando a la persona a reconocer el impacto de sus acciones y a corregirlo.
- Reducción de privilegios: Pérdida de privilegios como dispositivos electrónicos o tiempo libre como consecuencia de un comportamiento inapropiado.
Crear un conjunto de reglas para el Club de Conquistadores basadas en la visión de la disciplina. Citar las fuentes. Presentarlo a la dirección del Club para su apreciación y, si es posible, aplicarlo en las actividades del Club.
7. Basado en las leyes del país y en las orientaciones del Ministerio Joven de la DSA, presentar un breve informe sobre cada uno de los siguientes requisitos:
- Conocer los requisitos legales exigidos para la conducción de intermediarios y adolescentes a eventos y/o reuniones sin la compañía de sus padres.
- Saber las precauciones que deben tomarse, como por ejemplo, la necesidad de tener la autorización de los padres.
- ¿Cuáles son los cuidados que deben tomarse para evitar situaciones que puedan ser mal interpretadas por otros? Por ejemplo, jamás estar solo en un ambiente cerrado con un joven, etc.
- Descubrir lo que la legislación vigente del país dice sobre los cuidados especiales con intermediarios y adolescentes.
Citar fuente de investigación.
8. Investigar en los escritos del Espíritu de Profecía, por lo menos diez citas con respecto a la disciplina, educación, crecimiento, etc. de grupos de Intermediarios y Adolescentes, que forman parte de nuestro Club.
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Disciplina equilibrada: “Muchos padres no saben cómo instruir y disciplinar a sus hijos con amor, paciencia y bondad. [...] La disciplina y la corrección no deben destruir la dignidad del niño ni aplastar su espíritu.”
— *El hogar cristiano*, pág. 278.
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Disciplina con amor y firmeza: “En la corrección de sus hijos, los padres deben manifestar amor, integridad y autocontrol, mezclando firmeza con amabilidad. [...] No deben permitir que la naturaleza apasionada se descontrole y hable en forma áspera e irritada.”
— *El hogar adventista*, pág. 273.
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Instrucción temprana: “Desde los primeros años de vida, los niños deben ser enseñados a obedecer. [...] para que comprendan la importancia de la obediencia y la disciplina en la vida cristiana.”
— *La educación cristiana*, pág. 22.
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Disciplina para formar carácter: “La verdadera disciplina consiste en enseñar al niño a gobernarse a sí mismo, cultivando en él el sentido de la justicia y del deber, y dándole la fortaleza moral para actuar rectamente.”
— *La educación*, pág. 29.
Sobre la Educación
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Educar para la utilidad: “La educación es un trabajo que dura toda la vida. [...] para ayudar a otros a crecer y encontrar sentido en la verdad.”
— *La educación*, pág. 19.
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Educación práctica: “La educación que forma carácter debe ser completa; es decir, debe abarcar el desarrollo físico, mental y espiritual. [...] para obrar con un propósito en la vida.”
— *Consejos para los maestros*, pág. 47.
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Enseñar los valores eternos: “La obra de la educación es de importancia elevada. [...] pues solo así serán verdaderamente sabios.”
— *Consejos para los maestros*, pág. 9.
Sobre el Crecimiento
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Desarrollo integral: “Dios requiere el desarrollo pleno de cada facultad. [...] El crecimiento cristiano es el crecimiento completo del carácter.”
— *Mente, carácter y personalidad*, pág. 29.
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Crecimiento espiritual: “Cada acto de la vida, por pequeño que sea, tiene su influencia en el crecimiento y en la formación del carácter. [...] y crecer cada día en su amor.”
— *La educación*, pág. 331.
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Madurez moral y espiritual: “El Señor desea que cada hijo suyo alcance la madurez moral y espiritual, [...] Este es el verdadero crecimiento.”
— *El ministerio de curación*, pág. 42.
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